sábado, 31 de enero de 2015

¿PRINCIPIOS O EXCUSAS?

POR: Jimmy Ortiz G.

Muchas investigaciones en Colombia, tienen como principio buscar la inocencia del estado o negar que en Colombia existe un terrorismo de estado, la misma justicia colombiana, se ocupa inclusive de negar la existencia de grupos paramilitares y de los posibles y visibles nexos del  estado con paramilitares.

Colombia se encuentra en una ardua discusión, donde  una parte de los militares están en desacuerdo con la negociación que se lleva a cabo en la habana, debemos decir que en Colombia o por lo menos en el sector rural el mal llamado ejército nacional, no ha cumplido un papel de verdadera defensa de la soberanía nacional.

No es considerado defender la soberanía nacional, cuando se defiende una postura que trajo como consecuencia la invasión del gobierno norteamericano militarmente con sus bases militares, que no solo dejan en riesgo nuestra soberanía, también dejan en gran riesgo la seguridad y soberanía latinoamericana.

Un verdadero ejército nacional para un país como Colombia y la lucha latinoamericana debe de ser un ejército que defienda las posturas de su pueblo, la patria necesita una transformación de ese pensamiento guerrerista, un soldado que ve como enemigo a un campesino  jamás se podrá considerar soldado de la patria.

Cuantos altos mandos militares en la región históricamente agraria como el Sumapaz, han violado esa soberanía y han llevado a la juventud campesina al paredón para que los grupos paramilitares, inicien una serie de amenazas y en ocasiones asesinen a nombre de esos grupos y les laven las manos a estos militares.

La justicia también tiene mucho que ver en estas violaciones, jueces y fiscales, o que han hecho parte de esa educación mediocre de este país y no saben hacer su labor o están siendo manipulados de una u otra manera por los violadores de estos derechos.

Hablando de la religión, los curas que he escuchado por los medios de comunicación bendiciendo al ejército nacional, no entiendo porque los militares se consideran  creyentes siendo una contradicción el disparar sus armas matando hermanos y bendecidos por la iglesia y si se descomulga a una madre de familia que no quiere traer a este mundo más hijos a sufrir y decide planificar.

Si vamos a lo que en nuestras épocas nos han enseñado, díganme un mandamiento que los militares respeten o igual si han sido descomulgados, o van al campo roban comida, afectan el medio ambiente, generan terror, atacan jóvenes y niños, violan niñas, matan hermanos colombianos, desplazan campesinos, y comulgan en la iglesia y la comunión les quema la lengua.

Colombia necesita una verdadera reestructuración, el castigo con nada compensa estas décadas de violencia, la verdadera recompensa es una verdadera paz, donde la justicia sea para todos los colombianos y se juzguen las verdaderas violaciones y exista una participación de toda la población colombiana.

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