El pasado 8 de noviembre se inauguró en Soacha un novedoso sistema de
vigilancia, qué según la Secretaría de Educación, controlará a 21
instituciones educativas de carácter público con el propósito de
evitar el "matoneo", robos, extorsiones y todo tipo de eventualidades
que comprometan la seguridad de los estudiantes. Dicho sistema de
vigilancia contará con una "Central de monitoreo" donde se
centralizarán las imagenes emitidas por las cámaras disponibles, para
luego ponerse a total disposición a los habitantes del municipio, que
con sólo un click podrán darse cuenta en tiempo real de lo que sucede
al interior de los colegios.
Ante tal situación, la Juventud Comunista expresa su TOTAL RECHAZO a
éste nuevo intento de estigmatización de la vida juvenil.
Los colegios son espacios de formación de seres humanos libres,
capaces de actuar en responsabilidad social y colectiva para el
beneficio común. Con la implementación de cámaras se parte de un
juicio negativo de las y los estudiantes, ya que se entiende que los
estudiantes por si mismos son delincuentes, y en consecuencia todos viven en
un ámbito de enemistad lo cual los lleva a ser controlados para la no
alteración del orden establecido.
De este modo la política pública en materia social de la actual administración no
parte de la prevención, sino por el contrario busca la salida
facilista a la crisis, es sencillo poner cámaras y vigilar los centros
educativos, es difícil para políticos miopes como Nemocon, Mendez y
los 19 concejales atacar estructuralmente los problemas en los que se
encuentra inmersa la juventud secundarista, si hubiese inversión
social en los barrios, mayor espacios deportivos y culturales,
oportunidades educativas, espacios laborales, entre otras cosas; los
problemas de inseguridad y criminalidad entre jóvenes se reducirían. A
nuestros políticos hay que recordarles que los problemas nacen en la
sociedad y se reflejan en los colegios, estadios, universidades,
empresas, etc. En esencia, la "delincuencia" que tanto persiguen es un
producto social que merece un tratamiento preventivo. Dicho
tratamiento sólo se puede dar bajo una fuerte política social, plural
y democrática, que lejos de equivocarnos es cosa que no se puede dar en
estas circunstancias de represión y estigmatización.
Las razones que aduce la administración municipal, para la
implementación de dichos implementos, son contrarias a valores
sociales conquistados por el pueblo colombiano a lo largo de varias
décadas de lucha, estas herramientas de control y vigilancia se
asemejan a las utilizadas por las dictaduras Nazi-fascistas en donde
incluso se le llegó a pagar a la población para que denunciara a sus
vecinos si estos llegasen a cometer algo en contra del "orden
vigente"; o en términos propios es la "Seguridad Democrática" hecha
realidad en los colegios. En esta última, la sociedad civil sin
distinción hace parte del conflicto armado permitiendo la
militarización de su vida, todo en pro de defenderse del "enemigo en
común" que en éste caso es la juventud. Es pues, esta política pública
de "cámaras y vigilancia a individuos altamente peligrosos" la que se
asemeja a una cárcel y al tratamiento que reciben los presos; y
distancia en perspectiva la razón de ser de un aula de estudio, cuyo
eje central es al formación de seres integrales en las más diversas
áreas del conocimiento.
Por otra parte, es preocupante esta situación en los colegios, luego
que las cámaras son un instrumento para la represión de la crítica del
estudiantado; moldeando los jóvenes, la vigilancia enfila baterías en
la consecución de una sociedad sumisa, a-critica y facilmente
manipulable. En ese sentido, nuestro rechazo va dirigido a la
persecución que se pueda dar a la juventud secundarista, debido a sus
orientaciones políticas y organizativas, so pretexto de defender la
seguridad en los planteles educativos.
Hacemos un llamado serio y responsable a quienes se ufanan de ser las
autoridades municipales para que ataque y erradiquen de una vez por
todas los más sentidos problemas de la educación soachuna:
hacinamiento en los colegios, falta de cualificación académica de los
docentes, bajo nivel de la educación pública y privada, falta de
espacios deportivos y culturales, etc, etc. De lo contrario, si
persiste la dinámica de la vigilancia represiva los problemas que se
enuncian en los grandes medios de comunicación no encontrarán una
solución definitiva.
Nuestra apuesta como Juventud Comunista es la defensa a ultranza de la
vida juvenil, rechazando la estigmatización propiciada por los
sectores más reaccionarios de la sociedad; Quienes, a su vez, buscan
afanosamente convertir a la juventud en depositaria de todos los males
que aquejan la vida colectiva, en este caso, de los soachunos.
Juventud Comunista Colombiana
¡Unidad en las calles por la esperanza, la paz y el socialismo
