jueves, 5 de febrero de 2015

COLOMBIA Y EL GRUPO DE AMNISTIA INTERNACIONAL DE ASTURIAS

Por: Amnistia Internacional Asturias

Aún resuenan en las paredes de nuestra sede de AI en Oviedo estas palabras “ muchos vamos a tener que dejar el cuero en el camino, pero tenemos que afrontarlo”, quien las pronunciaba era un refugiado colombiano que desde hace años vive en Asturias y que trabaja intensamente por los derechos humanos en su país, Javier Orozco. Orozco nos visitó el pasado martes, 24 de enero, junto con otros dos refugiados, Félix Barrio y Jimmy Ortiz. Los tres, nos contaron sus terribles experiencias personales, amenazados de muerte en su Colombia natal por defender los derechos de los taxistas, de los campesinos, de los transportistas, por tratar de conseguir que los colombianos puedan vivir dignamente. Los tres están relacionados con un programa de acogimiento de defensores de derechos humanos de Asturias por el que ya han pasado 94 personas: dos de las que regresaron fueron asesinadas, siete están presos y cuatro han lograron salvarse de un atentado una vez que volvieron a Colombia. Javier, Félix y Jimmy nos manifestaron sus preocupaciones sobre las negociaciones para alcanzar la paz en su país, se preguntaban: “¿cuánta impunidad deberemos tragar para lograr la paz? ¿qué pasará con los guerrilleros que no saben otra cosa que combatir? ¿cómo solucionar los graves problemas sociales, la devolución de la tierras...?”. Nos decían que por la experiencia de países como Guatemala o Nicaragua, una vez que se firme la paz, lo más seguro que vendrá un período muy convulso y oscuro, con muchos muertos y de ahí esa frase que aún resuena; “muchos vamos a tener que dejar el cuero en el camino...” Javier Orozco va a volver a hacer una visita de verificación sobre la situación de derechos humanos en su país, y sabe que puede perder la vida allí, pero como un gran valor continuaba su frase el pasado martes y nos decía “tenemos que afrontarlo”. Ojalá Colombia ponga fin a estas décadas de violencia sin más muertes, sin más dolor, sin que nadie más tenga que dejarse el cuero en el camino. ¡Mucha suerte Javier!.




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