domingo, 30 de junio de 2013

“La paz está cerca, pero al gobierno le faltan ganas y audacia”.

REVELADORA ENTREVISTA DE JORGE ENRIQUE BOTERO A IVAN MARQUEZ EN LA HABANA

POR: Jorge Enrique Botero







Iván Márquez asegura en esta entrevista que Santos no ha sabido leer las propuestas de las FARC. Evoca sus días de parlamentario; pide abonar un terreno que dé confianza a la guerrilla para hacer política abierta; insiste en la Constituyente y pronostica que René Higuita podrá materializar su sueño de participar en una Constituyente. También fija posición sobre cómo deberá elegirse la Asamblea Constituyente y explica por qué los diez puntos que propusieron sobre participación política no son una “revolución por decreto” ni una lista de “imposibles”. Revela que al M-19 sí le ofrecieron una Constituyente antes de que se desmovilizara y advierte sobre el peligro de que el tema de la entrega de armas se convierta en un inamovible del gobierno. Reconoce que los medios le están apostando con más decisión a la paz y reclama otro tratamiento para las protestas del Catatumbo: la respuesta de Santos a la movilización de los campesinos nos genera mucha desconfianza, dice. También pide espacios para la paz en Señal Colombia, los canales regionales y la Radiodifusora Nacional. Entrevista de Jorge Enrique Botero, enviado especial de www.Las2orillas.co
Cuba, verano del 2013.- Ya casi arde La Habana. Los termómetros marcan 33 grados y el licenciado Rubiela anuncia en el Noticiero Nacional de Televisión que en los próximos días subirá aún más la temperatura. Margarita escucha al licenciado mientras prepara la comida en su apartamento de la calle O, en El Vedado, y pronostica desde sus 82 años de habanera curtida que “este año hará un calor exorbitante!”. Mientras tanto, aliviado por las aspas de un ventilador soviético, yo transcribo el contenido de la entrevista que le he hecho esta mañana a Iván Márquez, jefe de la delegación de paz de las FARC en los diálogos con el gobierno nacional.
Ha sido una suerte encontrar un respiro en la apretada agenda del jefe guerrillero.
“Es increíble, pero creo que trabajamos más durante las pausas de los diálogos que cuando hay Mesa”, asegura Márquez.
El único lujo que se ha dado el comandante en estos días ha sido el de visitar un lugar que habitaba su imaginario desde hacía muchos años: la barra de El Floridita donde se paraba Hemingway a tomar daiquirís antes de ir a beber mojitos en La Bodeguita del Medio. Confiesa que este es su segundo acercamiento a la etapa habanera del escritor estadounidense, pues hace un par de meses fue de pesca a Cojímar en busca del viejo y del mar. Le recomiendo que visite el estremecedor museo de la finca El Vigía, donde vivió y escribió (de pie y descalzo) Hemingway a finales de los años 50 y comienzos de los 60, y Márquez lo anota en su agenda; también apunta una sugerencia bibliográfica: Hemingway en Cuba, del escritor Norberto Fuentes.
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Cuando pienso que ya vamos a comenzar la entrevista, se atraviesa el fútbol en el camino, por cuenta de un “todo bien, todo bien” que él contesta cuando le pregunto cómo van las cosas. Márquez comenta que el Pibe Valderrama es un hombre de paz, “como la gran mayoría de la gente del común, como la gente sencilla de este país”. La aparición del Pibe en la escena evoca sin remedio el año 90, cuando René Higuita no pudo ser incluido en la lista de candidatos del M-19 a la Asamblea Constituyente de 1991 y al ser preguntado sobre el tema por los periodistas, el guardameta contestó con su sonrisa enorme y perpetua: “pa la próxima, pa la próxima”.
“¡Ojalá Higuita cumpla su sueño de hace 22 años de ser Constituyente! Él sería un excelente representante del país nacional”, dice este experimentado líder insurgente que empezó a hacer política desde muy joven en el departamento del Caquetá, al lado -entre otros- de Raúl Reyes.
Márquez recuerda que él y Reyes, participaron en una correría electoral con Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla por varios municipios del departamento. “Todos muertos menos él”, pienso yo mientras sigo escuchando el relato del entrevistado.
En las 2 orillas…
A comienzos del 81, el joven dirigente político decidió tomar las armas, convirtiéndose, “por cuenta del Estatuto de Seguridad de Turbay Ayala”, en guerrillero del Tercer Frente de las FARC que operaba en las montañas aledañas a Florencia y a poblaciones cercanas: Montañita, Paujil, El Doncello, Puerto Rico.
Sin embargo, no había pasado ni dos años en el monte cuando se firmaron los acuerdos de La Uribe, entre el gobierno de Belisario Betancur y las FARC, y Márquez fue trasladado el Frente 14. Estando allí llegó la orden del Secretariado de fundar juntas patrióticas en toda el área del rio Caguán. Dichas juntas eran los órganos de base de la naciente Unión Patriótica y el comandante bajo las órdenes de Jorge Briceño, el Mono Jojoy, se la jugó a fondo por esta iniciativa política. Los miles de pobladores de la región, excluidos e ignorados por el Estado durante décadas, respondieron con entusiasmo a la invitación de las FARC para unirse a la UP. Los guerrilleros no dejaron de visitar ni uno solo de los pueblos regados a lo largo del formidable Caguán.
“Nosotros también nos movíamos en las 2 orillas, pero del río”, bromea aludiendo al nombre de este portal.
Márquez hace un esfuerzo para “recomponer los espejos rotos de la memoria” y evoca los días en que las juntas patrióticas “florecían silvestres, como la exuberante vegetación de aquellos territorios”. En el 85 ya estaba metido de lleno en las actividades de la UP; viajó a Bogotá para participar en un encuentro nacional en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada y cuando regresaba a Florencia, él y su comitiva fueron arrestados en El Dorado. Esposados y con los ojos vendados, fueron conducidos a las instalaciones de la Brigada 13 del ejército. La presión política ejercida, entre otros, por Jaime Pardo Leal, Alberto Rojas Puyo y Ovidio Salinas, obligó a su rápida liberación, pero el jefe guerrillero entendió de inmediato que el escenario político al que llegaba iba a estar sembrado de obstáculos.
Campaña electoral en el Caquetá
Durante la campaña electoral en el Caquetá, el candidato por la Unión Patriótica a la Cámara de Representantes fue acosado permanentemente por la fuerza pública y sostuvo agrios enfrentamientos verbales con oficiales del ejército que se empeñaban en impedirle el contacto con los ciudadanos de la región. “En El Norcasia -recuerda Iván Márquez- el  coronel Castro llegó al extremo de arrebatarme el micrófono y se echó su discurso”.
Sin embargo, el episodio que se ha instalado con más nitidez en su memoria no tiene que ver con los tropiezos afrontados, sino con el amor recibido. Fue durante el acto de lanzamiento de la UP en la capital del Caquetá.
“Habían ido a Florencia Jaime Pardo Leal y Manuel Cepeda y la expectativa por escuchar a estos grandes oradores era inmensa. Recuerdo que salimos del Hotel Plaza y teníamos que atravesar todo el parque central hasta llegar a la tarima. Aquel trayecto fue eterno: la gente primero me daba la mano, después llegaron los abrazos y luego sentí que una multitud se me abalanzaba hasta dejarme prácticamente asfixiado”, narra Márquez.
¿Y qué sintió usted en ese momento?
“Sentí el afecto del pueblo. Su amor por una guerrilla que ha luchado durante tanto tiempo por los derechos de los pobres, de los excluidos.”
Pero ese amor no se refleja en las encuestas, donde aparecen con el uno por ciento de popularidad, le digo.
“La delegación del gobierno en la mesa nos exhibe esas encuestas con frecuencia y nosotros les decimos que la realidad es muy distinta. En un país donde impera el terrorismo de Estado nadie puede pretender que la gente exprese en una encuesta sus afectos por las FARC. Esta guerrilla se ha mantenido durante tantos años debido al apoyo popular. La gente nos quiere, si la gente no nos quisiera, si no nos amara, las FARC no habrían resistido todo este tiempo, subraya Márquez.” Y remata citando a Simón Bolívar: “…nada podrá detenernos si el pueblo nos ama”.
De la curul a la jefatura del Bloque Sur
Márquez no recuerda con cuantos votos salió elegido, pero sí tiene almacenados con nitidez varios momentos de su paso por el Capitolio Nacional y de su vida en Bogotá. Asegura que era poco lo que se podía hacer realmente por la gente desde su curul; logró que se destinaran algunos auxilios parlamentarios a las zonas agrarias del departamento y participó en varios debates al lado de Hernán Motta y de otros congresistas de la UP. A esas alturas, el exterminio ya estaba en marcha: recién elegidos y sin siquiera posesionarse habían sido asesinados Leonardo Posada y Pedro Nel Jiménez, representantes de la Unión Patriótica por Santander y Meta, respectivamente.
El círculo de acoso contra Iván Márquez se cerraba. Un día apareció una corona fúnebre recostada en la puerta del apartamento en Bogotá. Las orquídeas moradas de la muerte venían acompañadas de su respectivo sufragio en el que se lamentaba su deceso. A pesar de que andaba en carros oficiales, con escoltas del DAS, cada movimiento suyo era objeto de persecuciones cinematográficas. Sus guardaespaldas le decían “nos persiguen los Feos (agentes del extinto F-2 de la policía)”, y había que meter a fondo el acelerador para esquivarlos. En un recorrido por el Barrio Obrero de Florencia eludió otro encuentro con la muerte que le tenían preparado sicarios en motocicleta.
“Hasta que llegó la orden de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas: -¡Iván, usted se viene inmediatamente!-. Camino a Casa Verde, cuando íbamos por el páramo de Sumapaz, escuchamos estremecidos la noticia del asesinato de Jaime Pardo Leal”, relata Márquez.
En Casa Verde, Marulanda y Arenas le notificaron que dejaba la curul para irse de nuevo a la selva, como jefe del Bloque Sur de las FARC. Desde entonces hasta el mes de septiembre del año pasado, cuando se iniciaron los diálogos de paz con el gobierno, ha permanecido en montañas y selvas de casi todo el territorio nacional. Ha comandado tropas en la Amazonía y en la Orinoquía; en los llanos orientales; en Antioquia y Chocó; en toda la costa Caribe y en la larga y caliente frontera con Venezuela, de La Guajira hasta el Catatumbo.
Pasadas las evocaciones, entramos en materia.
Comandante, se ha levantado toda una polvareda política con la cantidad de propuestas que lanzan ustedes cada mañana desde La Habana…
“No sé por qué tanta estridencia. Las propuestas que hemos expuesto en La Habana son fundamentalmente una síntesis de los foros en los que participan organizaciones sociales, políticas y gremiales. También hemos tomado como insumos las conclusiones de los foros regionales organizados por las comisiones de paz de Senado y Cámara. Agréguele a eso nuestras propias elaboraciones, entre ellas la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia. De la conjunción de todo lo anterior es que han salido nuestras propuestas. No creo que nuestro discurso esté siendo archirevolucionario. Estamos hablando apenas de propuestas mínimas. Las llamamos así para significar que no estamos planteando un programa radical. Lo que queremos es llegar a un entendimiento con el gobierno en la mesa de conversaciones alrededor de unos puntos que nos lleven a la terminación del conflicto. Vea usted que hombres como el ex ministro Rudolf Hommes han dicho que, si la paz depende de ello, él suscribiría ya mismo las propuestas contenidas en nuestra plataforma.”
¿Le han llamado especialmente la atención las posiciones de otros columnistas o dirigentes políticos o gremiales?
“Hay un alud de gente que ve con muchas posibilidades la construcción de un acuerdo y eso sucede por la sencilla razón de que no estamos proponiendo una revolución por decreto en la Mesa, como equivocadamente está pensando el presidente Santos. Lo que queremos propiciar es un ambiente para el entendimiento.”
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¿Si no hay Asamblea Constituyente no hay paz?
“La Constituyente realmente es el espacio más idóneo para sellar el Pacto de Paz con el que han soñado los colombianos durante tantos años. Nosotros confiamos mil veces más en el constituyente primario que en poder constituido. El pueblo soberano es la autoridad legítima de la nación y nosotros nos someteremos a la voluntad popular, a lo que diga el pueblo en esa Asamblea Constituyente. Le aseguro que no es un capricho nuestro: la Constituyente es el camino a la paz. Algunos han argumentado que este no es un tema de discusión pactado en la Agenda, y eso fundamenta el no rotundo de la Delegación del gobierno; sin embargo, la esencia el Acuerdo General es la participación ciudadana como lo consigna el preámbulo. Pero además en el segundo punto referido a la participación política se incluyen “mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas”, que en la práctica es la definición de la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente. Y mencionemos además que el sexto punto cuando se habla de refrendación se deja abierto el concepto para que le demos la aplicación más conveniente. Más claro no canta un gallo.”
¿Piensan “refundar la república”, como tituló recientemente Semana?
“No debe olvidar el gobierno que se comprometió realizar reformas institucionales. Cito textualmente el siguiente ítem del tercer punto del acuerdo: -El Gobierno Nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz-. Lo de la refundación de la república me parece una exageración del jefe de la delegación del gobierno y del propio presidente Santos. No! Lo que nosotros estamos pidiendo es que la letra muerta de la Constitución donde se reivindican los derechos, tome cuerpo, resucite en la vida diaria de los colombianos. Los derechos consagrados en la Constitución del 91 deben aplicarse a la realidad
Es más, si se está hablando del paso de la guerrilla a la política sin armas hay que discutir algunas cosas primero. Por ejemplo, una urgente y necesaria reforma al sistema electoral. Así como está, éste sistema es una trampa. Es que no se trata de la incorporación de la guerrilla al sistema político vigente. Hay que recuperar por ejemplo la descentralización participativa que tenía la Constitución del 91 y superar el contrasentido que existe entre los propósitos sociales de la primera parte de la Carta y las derivaciones neoliberales del resto de su contenido. Hay que cambiar las cosas, hay que preparar el terreno con reformas políticas y otras como la judicial, adecuarlo para que la guerrilla sienta confianza en la participación política directa. Y no solamente la guerrilla: queremos que todo el país participe. Que el pueblo haga parte de las decisiones estratégicas a nivel político, económico y social.”
¿Cómo se definiría la composición de la Asamblea Constituyente que ustedes proponen?
“Tiene que haber participación de la guerrilla, obviamente. Pero también de todos los sectores sociales, políticos y gremiales del país. Como decía nuestro comandante Jacobo Arenas, que los distintos sectores sociales del país elijan en eventos democráticos internos a sus voceros. De esta forma, habrá representación de los partidos, de los campesinos, las negritudes, los gremios, los sindicatos, los indígenas, los estudiantes, las mujeres, la población LGBTI. En fin, una representación que blinde a futuro el Acuerdo de La Habana para que no llegue mañana un presidente a pretender desconocer lo pactado.”
Todo lo que usted me está diciendo hace parte de lo que algunos, incluso en el gobierno, han calificado como “los imposibles de las FARC”.
“No son ningunos imposibles! Recuerdo ahora un texto del académico Carlos Medina Gallego, profesor de la Universidad Nacional, quien, citando a Jorge Eliécer Gaitán, nos trajo esta frase extraordinaria del caudillo: -Lo imposible no es más que lo difícil visto por ojos donde no ha nacido la fe y ha muerto la esperanza-. Al gobierno de Colombia le hace falta más fe; tiene que creer más en este proceso de paz. Ser más arrojado, más resuelto. Tenemos la paz muy cerca, muy próxima! así que el gobierno debería dejar tanta prevención respecto a la participación popular en una Asamblea Nacional Constituyente. Esta será el escenario ideal para dirimir los desencuentros, los disensos; para resolver los pendientes o salvedades que por el momento están en el congelador a la espera de resolución. Y para deliberar sobre los cambios institucionales que definan el destino Colombia.”
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Ustedes han argumentado que si el proceso de paz con el M-19 terminó en una Constituyente, por qué con este no puede pasar lo mismo. Sin embargo, varias personalidades políticas y voceros del propio M-19 han dicho que eso es una inexactitud histórica.
“Al M-19 sí le ofrecieron una Constituyente para lograr su desmovilización. Todo lo que ocurrió en 1991 fue resultado de los pactos y ofrecimientos que se le hicieron al M-19. En más, con ese cuento sonsacaron al M-19 de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Esa es la verdad histórica.”
Escuchándolo hablar con semejante ímpetu sobre la paz y la Constituyente, me hace recordar una frase de Horacio Serpa durante el lanzamiento de un libro que escribió Carlos Lozano sobre este proceso: la prueba reina de que habrá paz es que las partes están discutiendo cómo refrendar los acuerdos alcanzados.
“Tiene toda la razón el doctor Serpa. Podemos decir que él es un hombre que tiene esperanza de paz, como la mayoría en Colombia. Y ya que recuerda esa frase de él, yo le cito otra joya que pronunció durante el mismo acto. Palabras más, palabras menos, Serpa dijo -cómo vamos a pretender que le digamos a los guerrilleros: vengan para acá, entreguen su fusil y mañana se presentan a las ocho de la mañana en tal cárcel. ¡No me crean tan zoquete!-. Eso se llama realismo.”
Andrés París, uno de los voceros de las FARC dijo recientemente en entrevista con El País de Cali que no veremos la foto de los guerrilleros entregando sus armas…
“Yo creo que con esa frase se armó una tempestad en un vaso de agua. El mismo gobierno nos ha sugerido como ejemplo el proceso de Irlanda y yo pregunto: ¿El IRA entregó las armas? No las entregó. Lo que pactaron fue que las armas quedarían lejos de su uso. Esperamos que no se vaya a hacer de este punto un inamovible, porque eso sería ponerle un palo a la rueda de la paz. Lo importante es que lleguemos a un acuerdo para que las armas no se usen.”
¿La razón para que esa foto nunca exista tiene que ver con el honor militar?
“Mire, nosotros estamos aquí es para conseguir la terminación del conflicto. Las guerras no son eternas, llegan a un fin. El general Jorge Enrique Mora nos dijo algo que nos llamó poderosamente la atención: casi todas las guerras terminan en una mesa de conversaciones. Y nosotros estamos totalmente de acuerdo con él. Esta guerra no será eterna. Ha llegado a un punto en que hay que concluirla y hay que hacerlo de la mejor manera, generando un ambiente propicio para construir sobre bases sólidas una paz estable y duradera.”
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Se le están midiendo ustedes a un debate político y jurídico de alto vuelo. Podemos saber quiénes los asesoran? Se menciona insistentemente a Álvaro Leyva…
“El país debe saber que en la Mesa las partes pueden traer expertos para que expongan las distintas temáticas. Por ejemplo, en la discusión del tema agrario estuvieron catedráticos de la importancia de Absalón Machado, Darío Fajardo, Francisco Gutiérrez y el profesor Jairo Estrada, postulados por el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional, todos ellos autorizados por el gobierno. Para el tema de la participación política le hemos pedido al Centro de Pensamiento que designe unos profesores que vengan a hablar de este asunto.”
¿Pero Leyva los asesora en el tema constitucional?
“Con esto hay que tener mucho cuidado, porque aquí hay una vieja tradición de estigmatizar a las personas para después eliminarlas físicamente. Álvaro Leyva no es un guerrillero, es un ex ministro de Estado; dirigente conservador que conoce muy bien la política colombiana. Leemos y estudiamos lo que opina Leyva, como lo hacemos con otros excelentes constitucionalistas. Sobre Leyva puedo decir que es un adalid de la paz, y su vinculación a este tipo de procesos tiene raíces históricas. Es un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a la búsqueda de una salida política del conflicto. Gente con estas características genera confianza en la insurgencia. Creo que hay que dejarlo jugar en este proceso en el que podría desempeñar un papel muy importante.”
¿Cuál es el sentido de su propuesta de aplazar por un año las elecciones?
“Generar una atmósfera favorable al proceso de paz. Pero parece que el gobierno no ha sabido leer correctamente nuestra propuesta. Cuando lanzamos esta iniciativa lo que queremos es generar un espacio para poder avanzar sin sobresaltos, sin los acosos de los tiempos electorales en la construcción del Acuerdo. Es muy molesto trabajar escuchando el chasquido del látigo del tiempo y de los ritmos. No podemos precipitar las cosas. Lo dijimos en Oslo: una paz mal hecha es peor que una guerra. La convocatoria a una Asamblea Constituyente puede incluir el aplazamiento de las elecciones. Un año para seguir el proceso y rematar el Acuerdo en una Constituyente. Así, al terminar sus labores en diciembre del 2014, la Constituyente convocaría a elecciones presidenciales y legislativas. Gana Santos, gana Colombia, y gana todo el mundo.”
¿Cómo observan lo que está ocurriendo en la región del Catatumbo?
“Muy grave. El gobierno está procediendo de una manera reprochable. Cómo es posible que suelten los escuadrones brutales del ESMAD y del ejército contra campesinos desarmados so pretexto de que son guerrilleros! Cuatro campesinos muertos, varios heridos y detenidos, centenares judicializados… En la Mesa se acordó la titulación de todas las tierras que estén en posesión de los campesinos y eso es lo que piden los labriegos del Catatumbo. Lo que ocurre hoy en esa región nos genera desconfianza; un gobierno que está pactando cosas aquí y las desconoce en la realidad no puede producir algo distinto a la desconfianza. Una aspiración justa y sentida de la gente es la formalización de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo, que también es un compromiso gubernamental. Es inaudito que estos asuntos no los esté manejando el Ministerio de Agricultura, sino el de Defensa.”
Cómo valoran hoy el comportamiento de los medios de comunicación frente al proceso y qué esperan de un eventual Acuerdo en materia comunicacional.
“Da la impresión de que en esta última etapa los medios le están apostando a la paz con más decisión. Están difundiendo lo que se produce en la Mesa y permiten que se escuchen las versiones de ambas partes. Eso es muy importante pero insuficiente. Hay que dar otros pasos: deberían abrirse espacios televisivos institucionales, en Señal Colombia, los canales regionales y la Radiodifusora Nacional, dedicados al tema de la paz. Programas que hagan pedagogía de la paz, para que la gente entienda lo que se está discutiendo.”
¿Finalmente, comandante Márquez, qué dice Timochenko de todo lo que está pasando?
“En las FARC hay unidad de criterios. Somos una dirección colectiva y los voceros cuentan con el respaldo de todos los miembros del Secretariado, encabezados por el comandante Timoleón Jiménez; también tenemos el apoyo del Estado Mayor Central, de los estados mayores de los bloques, de los estados mayores de los frentes y de todos los combatientes.”
Justo cuando termina esta entrevista, un helicóptero militar cubano sobrevuela la zona de la ciudad donde nos encontramos y el instinto enciende las alarmas del jefe guerrillero. Caigo en cuenta de que, durante unos segundos han pasado por su mente, como ráfagas, muchos de los episodios de guerra que ha vivido en 32 años de monte y selva. Estrecho la mano que me extiende Iván Márquez  y le agradezco por el tiempo que le ha dedicado a Las 2 Orillas mientras pienso por dónde diablos titular esta pieza periodística.
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sábado, 29 de junio de 2013

SOBERANÍA ALIMENTARIA

por: Jimmy Ortiz

“Es el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación a toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de modos campesinos de producción, de comercialización y de gestión, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental”.
Vía Campesina Internacional

                El concepto de Soberanía Alimentaria surgió en oposición al concepto de Seguridad Alimentaria, que básicamente garantiza comida para la población, sin importar de dónde, cómo es producida, etc.
                Soberanía alimentaria tiene que ver con alimentos saludables, con cultura, con hábitos alimentarios, con sistemas locales, con respeto al medio ambiente, etc. A continuación siguen algunos de los principales elementos que envuelven al concepto de Soberanía Alimentaria:
1-      Derecho a preservar los recursos naturales, producir y alimentarse.
1.1.   Campesinos: toda la familia campesina tiene derecho a producir alimentos saludables, de acuerdo a sus costumbres, sus tecnologías y conocimientos, garantizando el respeto y continuación de sus hábitos alimentarios.
1.2.   Consumidores: toda familia consumidora tiene derecho al acceso a alimentos saludables, diversificados y a precios accesibles, de modo que se mantengan sus hábitos alimentarios, garantizando la alimentación equilibrada de su familia.
1.3.   Recolectores: acceso a los recursos naturales.
2-      Comida sana y saludable:
2.1.   Sin venenos: rompiendo con la dependencia de las multinacionales, evitando la contaminación del suelo, del agua, del aire, de los alimentos y de la salud de las familias campesinas y de las familias consumidoras.
2.2.   Con insumos naturales: utilizando los subproductos de una producción para otra, utilizando abonos verdes y orgánicos, semillas criollas, productos naturales de protección a base de extractos de plantas, etc.
2.3.   Sin explotación: la mano de obra de las familias campesinas realizando el trabajo en beneficio de las propias familias campesinas
2.4.   Con respeto al medio ambiente: con utilización de mecanización leve, sin venenos manteniendo el suelo cubierto el mayor tiempo posible, manteniendo las vegetación de riberas de ríos, recuperando y protegiendo las fuentes de agua, etc.
2.5.   Diversificada, buscando el equilibrio ambiental: la producción diversificada genera un equilibrio en relación con las plagas y enfermedades. Esta diversidad de cultivos genera diversificación de alimentos, riqueza nutritiva, seguridad para las familias, renta en pequeñas propiedades y en áreas escarpadas o de montaña, etc. Esta lógica de producción genera trabajo y renta, garantizando la vida digna en el campo.
3-      Cultura campesina:
3.1.   Conocimientos y tecnologías. Las familias campesinas traen un gran cuerpo de conocimientos y tecnologías de producción, cosecha, secado, almacenamiento, influencia de la Luna, etc. Estos conocimientos y tecnologías que son parte de la cultura campesina, deben se respetados por las políticas públicas de Soberanía Alimentaria.
3.2.   Métodos de secado y almacenamiento. Las familias campesinas observan las fases de la Luna para realizar la cosecha, secan al Sol, de forma económica y descentralizada, almacenan en tachos, envases de plástico, cajones, etc., utilizando ceniza, pimienta, entre otros métodos de control de plagas.
3.3.   Agroindustrias campesinas (familiares y/o cooperativas). Es de fundamental importancia el agregado de valor a la producción campesina, por eso algunos procesos de transformación deben ser hechos en las chacras, fincas campesinas, o de forma cooperativizada. La legislación dificulta y en la mayoría de los casos hasta impide esta industrialización casera. Esta legislación muchas veces es impuesta por las grandes empresas, y en nombre de la “salud pública”.
4-      Sistemas locales de producción, industrialización, circulación y comercialización.
4.1.   Sistemas campesinos de producción. Son sistemas de producción altamente diversificados, teniendo como base social las familias de las comunidades campesinas, que integran producción animal y vegetal (agrícola y forestal), que priorizan la producción para el autoconsumo y para el mercado local, que preservan los recursos ambientales estratégicos como: agua y biodiversidad, combinan cultivos anuales con cultivos perennes, utilizan al máximo insumos de origen local, utilizan los subproductos de una producción para otra producción, y a través de la diversificación buscan la sustentabilidad general del sistema, buscan la autonomía genética y tecnológica, e integran nuevos conocimientos y nuevas técnicas al conocimiento ya existente, sin dejar que aquellos desintegren el sistema (MPA, 2007).
4.2.   Producir para atender las necesidades locales. El actual modelo de producción busca el lucro, por lo tanto no está en su lógica analizar las necesidades locales de alimentos. Los sistemas campesinos de producción, con base en la Soberanía Alimentaria, deben priorizar las necesidades locales de alimentos saludables y diversificados, y el excedente es el que va para el comercio en la región, en el país y hasta fuera de él.
4.3.   Comercialización. Buscar formas organizativas de comercialización, preferentemente eliminando los intermediarios, garantizando buenos precios a las familias campesinas y a las familias consumidoras.
5-      Necesidad de políticas públicas como:
5.1.   Reforma agraria. Distribución de tierras, juntamente con políticas de fortalecimiento del sector productivo. Límite en el tamaño de la propiedad; prohibición de la venta de tierras para extranjeros, etc. Expropiación de tierras con cultivos de drogas (estupefacientes) y con explotación de trabajo esclavo o situación análoga.
5.2.   Política de stocks (acopios) reguladores. Donde el Estado brasileño compre la producción en período de zafra-cosecha, forme stocks (acopios) y coloque en el mercado en le período entre cosechas.
5.3.   Política de precios mínimos. Garantizando un precio mínimo que cubra los costos de producción y un margen de renta para las familias campesinas y limite los precios pagados por los trabajadores urbanos.
5.4.   Asistencia técnica. Orientada hacia los sistemas campesinos de producción, incentivando la producción de alimentos, con equipos multidisciplinarios, de forma gratuita y capaz de atender a todas las familias campesinas.
5.5.   Créditos subsidiados para la producción de alimentos. Garantizando que las familias campesinas produzcan alimentos, obtengan renta y puedan colocar los alimentos en el mercado a precios accesibles para los trabajadores urbanos.
5.6.   Derechos de los agricultores. Reconocimiento por los servicios ambientales prestados, protección del conocimiento tradicional, re-distribución de los beneficios, participación en las decisiones sobre la conservación y el uso sustentable de los recursos fitogenéticos para la alimentación.
5.7.   Legislación. Legislación específica para la producción, industrialización y comercialización de la producción campesina, como forma de incentivo para la producción de alimentos.
5.8.   Educación campesina. Orientada hacia la realidad local, contextualizada, que prepare a la juventud campesina para actuar en el campo, con orgullo de ser campesina.
5.9.   Mercados institucionales. Que los gobiernos compren alimentos para los programas de alimentación escolar, hospitales, asilos y el sistema provisional directamente de los campesinos y sus organizaciones.
5.10.     Nueva circulación de insumos. Reconocer, apoyar la estructura productiva y organizar la logística de distribución de insumos naturales, que no agreden al medio ambiente.
5.11.     Programa de transición agroecológica. Reconociendo y apoyando procesos, con una ampliación gradual de incentivos de acuerdo con el avance implementado por las familias campesinas en el proceso de transición.
5.12.     Apoyo a procesos de cooperación. Cooperativas, asociaciones, empresas comunitarias, agroindustrias, mercados populares…
5.13.     Reconocimiento del modo campesino de hacer agricultura. Es el único capaz de dar respuestas a los principales dilemas de la humanidad:
Crisis alimentaria.
Crisis energética.
Crisis ambiental.

                Éstas y otras medidas pueden resolver el problema de la crisis de los alimentos, disminuir la presión en las grandes ciudades y garantizar condiciones de vida digna para las familias trabajadoras del campo y las ciudades. Con estas políticas públicas y esta lógica de producción campesina podremos alcanzar la SOBERANÍA ALIMENTARIA!!

Crónica de la tragedia y la lucha campesina en Ocaña ¡Ay! ¡Cómo mataron a "Mono"!





A las puertas del Hospital de Ocaña yace sentada en el piso- con sus piernas cual largas son- la señora María Ortiz. Sin ser sexagenaria, de pelo cano y recogido con una liga de caucho; encorvada la espalda pegada al muro; taciturna, masticando pensamientos, con un puño apretando, seguramente un rosario o el escapulario de su hijo y así agachada exclama: “Ay! Cómo mataron a ´Mono´. Yo que iba a saber que andaba en esas protestas. Me han arrancado de un tirón, parte de mi alma”.
Es la madre de Dionel Jácome Ortiz, de 22 años, el primero de los cuatro campesinos asesinados por el ejército colombiano, en desarrollo de las protestas campesinas en el Catatumbo.
Ocaña está situada en el Nor-oriente colombiano, en estratégico punto geopolítico. Es centro de confluencia de once municipios: de ellos, siete del Catatumbo. Desde su jurisdicción, con el nombre de Río Algodonal, nace el turbulento Río Catatumbo, que desemboca en el Lago de Maracaibo.
Las tupidas selvas del Catatumbo reflejan el resplandor de truenos, cuyo ruido no se escucha. A ese fenómeno natural se le conoce como “El Faro del Catatumbo”. En ellas asienta la autóctona raza motilona- bari. Región rica en petróleo, piedras preciosas (de toda clase), agua, oxígeno, tierras de promisión agrícola para el mundo. Obtención de toda materia prima. Existencia de uranio y del codiciado coltán.
En el Catatumbo toda la inmensa inversión del Estado colombiano está volcada, no para la calidad de vida de su población indígena y campesina, sino para el beneficio de la esquiladora locomotora minera; de la invasión-inversionista extranjera; de los poderosos explotadores de agro-combustibles, que cuentan con fuerza pública, con tecnología de punta, para salvaguardar sus intereses. Aplican, que al permitir la expoliación extranjera, sin limite en tan poco que invierten y en lo inconmensurable que se llevan, se beneficia el pueblo. Dicen, que ahí quedan los caminos, las escuelas, la presencia institucionalizada. Que no importa los miles de hectáreas, concentradas, robadas, expoliadas, concedidas a los capitalistas mafiosos y a las multinacionales. Que si no hay trabajo en el campo, ni tierras para los campesinos, que utilicen las carreteras, para ir y volver de las ciudades…
El campesino ocañero de la región del Catatumbo corresponde a un grupo étnico predominantemente blanco. A los rubios o castaños, ojiclaros, les dicen ´Mono´ y si son mujeres (todas bellas y esbeltas) les dicen ´Mona´. La particular ideosincracia del campesinado ocañero, en genuino asentamiento de más de cuatrocientos cincuenta años, desde que llegaron los primeros conquistadores andaluces, dio lugar al uso de costumbres autóctonas. A un lúdico caracterizado (comida, creencias, costumbres, juglares populares). La utilización de un lenguaje rico en arcaísmos. La concentración de núcleos familiares, bajo un mismo apellido. Los Amaya, los Ortiz, los Jácome, los Vera, los Jaimes, Los Angarita, Los Palacios, los Ascanio: estos últimos, por ejemplo, entretejen una red familiar de mas de tres mil ejemplares! Y para no hacer la lista larga, los de tal apellido “del Padre Castro”, para demostrar la férula clerical de antaño, que dejaba hijos “naturales” regados por doquier.

Los sucesos trágicos
Desde el nueve de junio de 2013 comenzaron las protestas campesinas en Tibu y se extendieron a la ciudad de Ocaña. De ello están al tanto la opinión nacional e internacional. Desde mi primer articulo al respecto, publicado el pasado 22 de junio “La Protesta Política en el Catatumbo Ocañero”, la prensa alternativa en la Web ha publicado en la fuente www.Rebelion.org:


Sobra explicar que los intoxicantes medios de alineación masiva en Colombia desvirtúan lo sucedido y desvían el interés de las protestas, para engañar a incautos.
El diario La Opinión de Cúcuta, en mezquino editorial de este 28 de junio, comienza: “Que los campesinos están negociando con el gobierno la posibilidad de seguir cultivando coca”. Para luego afirmar: que “desafortunadamente los campesinos pobres no tienen otro camino que cultivar lo ilícito y vivir de ello…” Qué bajeza: no pueden borrar con el codo lo caga tintas de su pluma editorial. Coinciden con las señoras y señores de los clubes sociales de Ocaña, de dedo popo y parado, que afirman que las protestas campesinas son porque a los campesinos les van a quitar el negocio de la coca. Pues para su ilustración resumo la aspiración política del movimiento campesino catatumbero: 
1.- La suspensión de la erradicación de cultivos ilícitos (coca), con aplicación de proyectos agropecuarios alternativos (Para comenzar: un millón y medio de pesos anuales a cada familia, restándolos al presupuesto para la guerra) 
2. La delimitación de las Zonas de Reserva Campesinas (ZRC). (Colectivizar 370.000 hectáreas, para solventar la crisis alimentaría…parando la locomotora minera y agro-combustible) 
3. Garantías de respeto a los Derechos Humanos, para que los campesinos puedan expresar sus protestas (desmilitarización y búsqueda del fin del conflicto armado). 
Lo desafortunado, que quede para los alienados que piensan que estamos condenados a una guerra interminable.
Como irrefutable prueba de Terrorismo de Estado en Colombia existen los videos tomados en el lugar de los hechos. Las muestras de violencia de la tropa contra las espaldas de los torturados: “me encendieron a garrote como a un zorro en el piso”, relata el herido. A otros: “los llevaron al pote (cárcel) maltratados en el puesto de policía de Ocaña. Torturados. Los trataron de guerrilleros y fueron reseñados”. Se escucha, en los videos: “uy, a este, le acaban de dar un pepazo en la pata…” registrando cuando lo recogen sus compañeros de lucha. 

VIDEO: Agencia Prensa Rural, 25 de junio de 2013 / Balas contra piedras: Imágenes de la represión y testimonios de los campesinos
Filman a ´Mono´ tambaleándose con la camisa ensangrentada por certero disparo de fusil en su pecho. Lo auxilian, los compañeros de lucha popular, en el planchón de una camioneta. Que tensión, que desespero, se escuchan gritos: “Lindo, sálvalo, no lo dejes morir”. Se observa a ´Mono´ en estertores de la muerte. Expira. ¡Yo lloro! ¿Y por qué lloro, un convencido de la existencia de la lucha de clases en Colombia? ¿Por qué lloro, siendo un activista político de oposición revolucionaria? ¿Por qué lloro, yo denunciante ante las comisiones de derechos humanos en las Naciones Unidas, contra la policía colombiana, calificada históricamente como las mas asesina del mundo? ¿Por qué? Pues porque me duele mi pueblo y soy humano. Es decir, un animal con palabras que exijo el derecho de poder expresarlas.

No a la impunidad gubernamental
Durante el fatídico periodo del colombiano malo Uribe Vélez, hacían el trabajo sucio sus escuadrones oficiales paramilitares, lavando la imagen de la institucionalidad militar. Hoy, con el niño diabólico mimado de la oligarquía colombiana y el Imperio: El Chuky Santos, como Comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, sindica a las protestas del movimiento campesino del Catatumbo como infiltradas por la guerrilla y acto seguido comienza el disparo de francotiradores con balas de plomo, de verdad.
Invito al pueblo ocañero a que salga masivamente a recibir el próximo 3 y 6 de julio a los delegados de los gobiernos de Canadá, Francia, España, junto con organismos internacionales y el Observatorio de Derechos Humanos Alfredo Correa de Andréis de la Universidad Distrital de Bogotá, en la Misión “CATATUMBO RESISTE”, que se reunirá con los campesinos y la comunidad, con el propósito de recibir todas las denuncias sobre los ataques y violaciones de los derechos humanos que vienen sufriendo estos miles de habitantes; con el fin de presentar un informe internacional posteriormente dirigido a los organismos defensores de los derechos humanos en el contexto internacional.
Invitamos a los organismos internacionales que se sumen a los delegados de Canadá, Francia, España y el Observatorio de Derechos Humanos Paz y Conflicto Alfredo Correa D’ Andreis de la Universidad Distrital de Bogotá los cuales están conformando una misión que se llevará a cabo en el marco de la campaña nacional e internacional de solidaridad con las comunidades: “Catatumbo Resiste”. Y que visitará la región entre el 3 y el 6 de julio próximo junto con miembros de la prensa internacional. La Misión se reunirá con los campesinos y la comunidad con el propósito de recibir todas las denuncias sobre los ataques y violaciones de los DDHH que vienen sufriendo estos miles de habitantes con el fin de presentar un informe internacional posteriormente dirigido a los organismos defensores de DD.HH en el contexto internacional.